viernes, 28 de diciembre de 2007

EL VIGILADOR

Cumplía tareas en un Country, muy exclusivo, de Pilar,
en una empresa que resguardaba la seguridad familiar.

La dama, era la esposa de un personaje muy poderoso,
conocido por ser violento y de comportamiento mafioso.

Él se esmeraba para atenderla, servicial y complaciente,
ella correspondía con buen trato, para nada indiferente.

Un día decidieron vulnerar línea tan peligrosa como fina,
entregándose al prohibido placer, destilando adrenalina.

Desafiando los peligros que semejante ofensa entrañaba,
lo hizo entrar a su cuarto, mientras su esposo no estaba.

Al día siguiente, el vigilador leyó en su teléfono celular
un resumido mensaje de texto: “Tenés que irte de Pilar”.

Escapando del mafioso engañado, renunció a su trabajo,
se mudó de domicilio y, hasta el celular, arrojó río abajo.

La mujer no supo nada de él, manteniéndose expectante,
aún con su piel irritada, por el profuso vello del amante,

Descartando que se ofendiera, al punto de huir y renunciar,
sólo porque con un mensaje le dijera “tenes q irte a depilar”

sábado, 15 de diciembre de 2007

CONFUNDIDOS

Luego de años, no saben de su pareja, en que punto se encuentra,
si queda algo de aquel amor, o es mayor el odio que los enfrenta.

Cada uno recrimina al otro, como el causante de sus frustraciones,
lejos quedó aquel tiempo, que se transferían mejores sensaciones.

Si aquella fascinación de adolescentes, que hizo que los encumbre,
se fue diluyendo, paulatinamente, para dejar paso a una costumbre.

Si están más cómodos en las discusiones diarias, con sus reproches,
que en sus cuartos, cuando disponen, de la soledad de sus noches.

Si se perdieron, inexorablemente, aquellos encuentros con pasión
y en el presente, sólo alimentan una farsa, no exenta de compasión.

¿Hasta cuando han de cargar la cruz, que cada quien lleva consigo?
Uno que no puede con su existencia y, el otro, en su papel de testigo.

Eternamente, retroceden en su enojo, buscando salvar algún retazo,
para acabar, como lo estuvieron siempre, confundidos en su abrazo.

Contrariando el voto conyugal, hecho al emprender la melada luna,
seguirán con su relación tumultuosa, hasta que la muerte los reúna.