martes, 15 de julio de 2008

EL GATO Y EL OVILLO

Viendo a un gatito jugar, con un completo ovillo de lana
y al otro extremo, enhebrar su aguja, una dama anciana.

Imaginé esta metáfora, acerca de lo vivido y lo por delante,
mientras la viejita teje la bufanda o, quizás, sea un guante.

Al nacer, se me confió un ovillo, igual que a mis hermanos,
que devanaron nuestros padres, usando más que las manos.

La lana ovillada representa el futuro, lo que resta por vivir,
los puntos en ambas agujas, lo que fuimos capaces de urdir.

Al tiempo que tejemos y vemos a la prenda ir progresando,
el ovillo se reduce, igual que la vida que nos va quedando.

Para que el tejido no resulte monótono o sobrio en demasía,
hay que ir insertando, cada tanto, algunos puntos fantasía.

Ojalá que al acabarse mi ovillo, sepa discernir y comprenda,
a la vista de lo realizado, si quedé conforme con la prenda.

A pesar que en nuestra vida, que es una permanente puja,
no faltará un gato, que tire del ovillo y desenhebre la aguja.

No hay comentarios: