martes, 6 de marzo de 2007

AFUERA HAY GENTE VIVA

Me están diciendo que, allá afuera, hay gente viva,
que disfruta, busca alegrarse y se mantiene activa.

Que está viva y no es que lo esté, sólo porque respira,
minimiza los malos momentos y los buenos los estira.

Que socializa con otras personas y se compromete,
que tiene sus errores, se rehace y de nuevo arremete.

Que tiene tiempo para el goce de una sana diversión,
lo que es, a sus problemas, como una compensación.

Cada quién, es miembro de un grupo de pertenencia,
acaso, por afinidad, o se corresponde con su esencia.

Trabaja, aunque no mucho; se afana, pero no tanto,
convive en sutil equilibrio, entre el amor y el espanto.

Con envidiable tesón, plasma sus sueños y proyectos
y brega, incansablemente, para preservar sus afectos.

Con quiénes se reúne, no buscando arreglar el mundo,
dado que, nutre sus charlas, temario menos profundo.

Que no teme enfrentar el día y le quita dramatismo
porque si no resulta hoy, si es mañana, da lo mismo.

Cuando, de modo casual, veo tanta gente sonriendo,
pienso que, seguramente, algo me estaré perdiendo.

Debiera obligarme a salir, para ir a ver de qué se trata,
quizás logre correr el velo, de una vida algo más grata.

No hay comentarios: